Percepciones...
El ojo que mira a través del diapasón de la vida en cristalino,
no es más que la impresión, dejada por la impronta que sella
en su tamiz sobre la mente, la imagen de una simple percepción.
No es casual. Hay un sentido oculto en el objeto,
más allà del poder de la visión.
Todo tiene su razón en las copas floridas de los árboles,
que le prestan su follaje al verde del asombro y la imaginación.
Idealismo o Realidad? ¿Quién da más en la exigua ruleta del azar?
Yo sólo creo en los verdes de tus verdes con los míos...
Que dejaron atrapados los ingenuos años, prendidos al ojal de un ruiseñor.
Estigma de un paisaje diferente que ignora la maldad de lo real,
y es savia de sapiencia en lo rebelde rebozado de esperanza en la verdad.
Hoy, sus pasos son huellas indelebles de un camino abandonado en la mitad.
No siento arrepentimiento en el reproche de los puentes cruzados al pasar.
No reduzco a cenizas el pasado, ni abandono al torrente de las lágrimas...
los planes que ahogados en su cauce, no llegaron a buen puerto en su final.
Si bien todo es distinto ahora, la óptica requiere corregir campos de visibilidad.
La suerte o Diós, me puso ante esta especie de vuelo de bautismo al desafío,
y aunque tardío, mis alas no quebradas, siguen con sus ansias de ¡volar!
No sé qué tan alto podrá cubrir la retirada, ni cuán fuerte el impacto
que me doblegará. Sólo sé que aún puedo despejar mis anclas y ser por fin...
¡El pájaro que ansiaba libertad!
Kris